Conexión O Relación?
- cpftherapist
- May 26, 2021
- 3 min read
Silvia no entendía por qué se sintió así cuando Roberto la sorprendió por su cumpleaños con los pasajes para ese viaje que ella siempre había soñado. Descubrió que la noticia no le produjo alegría. Lejos de ilusionarla, se sintió apagada.
Apagada, como llevaba mucho tiempo sintiéndose, presa de la rutina y del hastío. Por fuera, todo parecía bien. Roberto y ella habían formado una familia bonita; los hijos ya estaban fuera de la casa paterna, enrumbados en su propia vida. El trabajo no faltaba, y sin embargo, se descubrió extraña a su marido. Algo muy importante faltaba, pero no lograba acertar qué. Creía ella que por eso, la idea del viaje no la emocionaba. Se dio cuenta de que si bien habitaban bajo el mismo techo, dormían en la misma cama, y hacían algunas cosas en conjunto, ahora que la crianza ya no era un tema, nada los unía realmente.
Sí, había una conexión, había cariño y mucho afecto, pero qué relación realmente existía entre ambos? El celular parecía tener para Roberto prioridad por sobre todas las cosas. Si Silvia le decía algo al respecto, Roberto siempre tenía una respuesta pronta.
Silvia descubrió que se sentía sola en la relación. Y había ocultado su tristeza zambulléndose en las series de Netfilx. Descubrió que la idea de irse con Roberto a aquel viaje, representaba la posibilidad de enfrentarse a esa realidad emocional y no poderla evitar.
Decidió invitar a Roberto a su terapia y hacer terapia de pareja. Roberto aceptó. Roberto contó su historia. Habían emigrado años atrás. La emigración fue traumática para todos. Sin un plan difinido, Roberto había tenido varios tropiezos al principio. La desesperación lo hizo asociarse a quien se le paraba en frente. La consecuencia: más tropiezos. Finalmente, había logrado asociarse con gente con sus mismos intereses y necesidades, aunque bastante más jóvenes que él. Fue como un renacer. Poco a poco, esa sociedad empezó a dar frutos, y Roberto logró establecerse económicamente, y por supuesto, sanar en el camino su autoestima herida.
El trabajo le va dando muchas satisfacciones, pero la relación va quedando sin mucho cuido. Las horas de trabajo son interminables. No se da cuenta del efecto que esto tiene en su matrimonio. Como por mucho tiempo no había dinero, para Roberto, dar un viaje soñado, una cartera bonita, un par de zapatos especial o un vestido, significa cuido y amor. Para Silvia, esto no es suficiente. Siente la falta de intimidad emocional que se refleja en ella en falta de deseos de intimidad física, y en el sentirse apagada y apática. Por su parte, Roberto siente su apatía como rechazo, lo que lo hace sumergirse aún más en el trabajo.
Cómo poder escucharse sin escuchas distorsionadas? Cómo poder reencontrarse desde el lugar maduro en el que cada uno se encuentra? Ese fue el plan de trabajo en el proceso terapéutico. Ambos estaban interesados en recuperar esa relación linda que una vez tuvieron y disfrutaron.
Roberto aprendió a escuchar sin sentir que era criticado, bajó la pistola, antes siempre tenía presta a contra atacar cuando se sentía agredido, y decidió ajustar su escucha sin tanta distorsión. Silvia entendió lo que para Roberto significa sentirse querido y trata de hacerlo. La verdadera comunicación empezó a fluir, ambos se sienten más relajados en presencia del otro. Empiezan a pasar de la conexión a la relación.
El mundo de hoy facilita las conexiones. Sobre todo las superficiales, las físicas, y las hace accesibles a todos. Las relaciones, esas son mucho más difíciles de lograr. Exigen invertir tiempo, esfuerzo, dedicación. Involucrarse emocionalmente. Hacerse vulnerables al otro.
Es muy fácil desenchufarnos de nosotros mismos y del otro. Estamos cerca físicamente pero tan lejos en lo emocional. Sufrimos en silencio sin ni siquiera percatarnos de lo que nos sucede. Así, nos alienamos de nosotros mismos. El materialismo y el ‘todo vale’, sustituye la vida plena de significado. Nos sentimos como Silvia, teniendo aparentemente todo para ser felices, y sin embargo, tan vacíos por dentro, viviendo vidas planas en lugar de plenas; apagadas. Funcionando en automático. Dejando que las presiones de la sociedad sean nuestro motor. Cegándonos hacia dentro, mirando sólo afuera. Lo que a su vez, nos ayuda a criar hijos vacíos, con hambre de cosas, hambre de actividades, hambre que se busca, -al igual que hacemos nosotros, los padres-, llenar desde afuera. Necesitamos entonces un ruido constante que nos aturda y que tape así los gritos que el silencio ocasiona. Se vuelve un círculo vicioso. Una manera de vivir y a la vez, de estar medio muertos.
Clara P Fleischer.

Kommentare